Coronavirus y fómites: la prevención está en nuestras manos.
Creo que en estos momentos todos, con diferente profundidad, tenemos
una idea de lo que la pandemia por el coronavirus representa, la
situación actual y las futuras consecuencias que se presagian. En
nuestras manos está la prevención de la propagación de esta cadena de
eslabones que finalmente termina en la infección de una persona con
mejores o peores consecuencias, según las condiciones personales
predisponentes de cada uno de nosotros. He escrito que “en nuestras
manos está la prevención” y lo digo tanto en el sentido filosófico de la
frase como en el material, pues es en nuestras manos en las cuales
reside gran parte del problema en la trasmisión de este virus.
En epidemiología se denomina fómite a todo material carente de vida
que puede ser el vehículo de un patógeno, en este caso el coronavirus, y
penetrando en nuestro organismo causar una enfermedad. Entre los
fómites más comunes están los materiales que utilizamos y tocamos con
una relativa frecuencia. Así; los plásticos, los metales a los cuales
nos agarramos para sujetarnos, las monedas y los billetes que utilizamos
a diario, los envases de cartón y papel que nos suministran los
proveedores, el asfalto, por citar unos pocos ejemplos, son materiales
sobre los cuales se pueden depositar patógenos, en este caso el
coronavirus, y por medio de un contacto casual con nuestras manos y
posteriormente nosotros tocarnos una de nuestras mucosas expuestas al
exterior (boca, nariz, ojos, fundamentalmente) introducirlo en nuestro
organismo con las posibles consecuencias que ello, ya sabemos puede
acarrear.
Recientemente, una prestigiosa revista científica ha presentado los
resultados de la investigación realizada por un grupo de científicos en
los cuales se indican los tiempos en los cuales permanece vivo y viable
el coronavirus sobre una serie de superficies y materiales. Sin ser
prolijo puedo decir que estos tiempos varías de horas a días. Por esta
razón es importante evitar el contacto, directo, con dichos objetos que
pueden ser el vehículo de dicho virus.
Es interesante el uso de mascarillas, pues de esta forma se evita la
transmisión aérea del coronavirus, que afecta a las vías respiratorias,
aunque sabemos que una distancia de seguridad nos previene de su entrada
por esta vía. Pero como ya he comentado la forma más frecuente de
entrada del coronavirus en la población general es por medio del
contacto con los comentados fómites. Hemos visto, repetidamente, en
diversos canales de televisión el afán con el cual determinadas
instituciones, por ejemplo la UME en España, están procediendo a la
desinfección de superficies por nuestro país, hemos visto a personas en
países lejanos dedicadas a pasar paños y aerosoles con desinfectantes
por barandillas, asientos, etc. en los medios de transporte público.
Ahora es nuestro momento de seguir insistiendo lo importante que es
el mantener nuestras manos limpias, primero no tocando los fómites que
pueden actuar en la transmisión del patógeno, usar guantes siempre que
sea posible y siempre lavarse las manos con jabón o desinfectante. Al
lavarnos las manos debemos hacerlo de forma concienzuda. El proceso debe
durar al menos dos minutos, le ruego que durante el proceso de
enjabonado cierre el grifo del agua, y luego, abra el grifo, se las
aclare y seque, si puede, utilizando papel de cocina limpio. Además siga
las directrices de las autoridades y quédese en casa. Con estos
consejos conseguiremos ayudar a las autoridades sanitarias a parar la
expansión de esta pandemia y en última instancia a eliminarla. En
nuestras manos está parte de la solución.